El cuidador perfecto – La felicidad y bienestar del anciano
Tarde o temprano los mayores requieren la ayuda de terceras personas
[Familia – 3ª Edad]
Elegir el cuidador perfecto no es nada fácil. De sus capacidades y de su empatía con nuestro familiar dependerá una buena parte de su felicidad y bienestar. El cuidador es muy importante en la vida del anciano.
La familia continúa siendo hoy en día el principal punto de apoyo para muchas personas de la tercera edad que tienen mermada su salud a pesar de las prestaciones que se ofrecen desde las instituciones públicas y privadas.
Sin embargo, la incorporación de la mujer al trabajo y el ritmo de la sociedad actual imponen, cada vez con mayor frecuencia, que haya que recurrir a personas ajenas al hogar para que se encarguen de su cuidado y atención.
La ayuda de terceras personas
La mejora de las condiciones de vida y los avances médicos están permitiendo que muchas personas disfruten de una vejez con buena salud, llena de actividades y con plena independencia. Sin embargo, no todo el colectivo de mayores logra llegar hasta el final de su vida en perfectas condiciones.
Tarde o temprano, y sin necesidad de que exista una enfermedad de por medio, los mayores requieren la ayuda de terceras personas para realizar algunas de sus tareas cotidianas como acudir al médico, cocinar o bañarse, aunque sean capaces de vivir solos. Hay que tener mucho cuidado en la elección del cuidador perfecto.
La mujer, la encargada de cuidar
Tradicionalmente, la familia, y en especial la mujer, ha sido, y sigue siendo, la encargada de atender y de cuidar a los abuelos, a los suegros o a algún pariente de edad avanzada, a pesar de su incorporación al mundo laboral y del incremento de los recursos asistenciales públicos y privados de los últimos años. Ella siempre ha sido ‘el cuidador perfecto’.
Según la Sociedad Española de Geriatría, el perfil característico de las personas que atienden a los mayores es el de una mujer (83%), casada (77%), con una edad media de 52 años, que comparte el domicilio con la persona que cuida (60%) y tiene algún grado de parentesco con ella (el 43% son hijas, un 22% esposas y un 7,5% nueras). Un 60% afirma, además, no recibir ayuda de otras personas para realizar esta labor.
La sociedad española concibe como ‘una obligación’ y ‘un deber’ atender a los mayores. Pero cuidar y asistir a una persona mayor no es una tarea fácil aunque lo hagamos con cariño; mucho más si el grado de dependencia de ésta es grande.
Requiere de un gran esfuerzo personal y emocional y, en ocasiones, hasta de cambios de vida. Si no se cuenta con la ayuda necesaria puede, incluso, convertirse en una carga que lleve a rencillas familiares, problemas laborales, personales y de salud importantes.
¿Cómo elegir a la persona ideal?
Las administraciones públicas, a través de sus servicios sociales, y algunas entidades privadas ofrecen a las familias diversos tipos de apoyo como la ayuda domiciliaria, la teleasistencia, los centros de día y el sistema de respiro familiar.
La otra opción es contratar el cuidador perfecto que, por horas o a jornada completa, nos libere de la tarea si resulta imposible compartirla con otro miembro de la familia. Pero ¿cómo elegir a la persona ideal?
Antes de contratar a un cuidador hay que definir las necesidades que tiene la persona de la que se va a ocupar. No es lo mismo que ésta tenga una gran dependencia y que tome medicación a que tan sólo necesite un poco de compañía.
Será positivo tanto a la hora de contratar a un profesional específico (auxiliar de geriatría, auxiliar de clínica, persona de compañía, asistenta) como a la hora de definir su trabajo. Es muy conveniente, además, tener referencias de esa persona antes de contratarla.
Cualidades que hay que valorar en cuidador perfecto
> Formación.
> Que le guste trabajar con personas mayores.
> Respeto a su intimidad y sus costumbres.
> Intuición para detectar y alertar de cualquier problema.
> Atento a sus reacciones, opiniones y gustos.
> Facilidad de comunicación.
> Agilidad y destreza para atender a personas con problemas de movilidad.
> Simpatía.
> Que sea motivador.
Pacto familiar
Es importante que contemos con la aprobación de la persona mayor antes de meter algún desconocido en casa, porque los ancianos suelen ser ‘desconfiados y miedosos’. Para solventar los posibles problemas que puedan surgir de tomar esta decisión, se recomienda el pacto familiar.
Evitar la picaresca
Las familias deben estar alerta sobre las personas que se ofrecen en anuncios en la calle o en centros públicos ya que la única preparación que suelen tener es ‘haber cuidado a su abuelita’.
Es importante que las familias, independientemente de cómo hayan contratado al cuidador, supervisen su trabajo y le exijan el cumplimiento de sus funciones. El objetivo es evitar la picaresca, los abusos económicos o la falta de trato.
Desde los centros de salud o equipos sociales se debería ejercer más control sobre los cuidados que dispensan los cuidadores, sobre todo en aquellos casos en que los ancianos carezcan de familia y vivan solos.
Es necesario que la Administración haga un esfuerzo para formar a estas personas que se ofertan sin preparación alguna, más cuando la Ley de Dependencia trata de velar porque las personas dependientes tengan el máximo de autonomía posible en su propio domicilio.
Condiciones de vida
La encuesta realizada por el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) de 2014-2015 sobre las condiciones de vida de las personas mayores en España, revela que el 49,44% comparten el hogar con otra persona (en la gran mayoría de los casos, dicha persona es el cónyuge), el 22,37% viven solas y el 17,10% de las personas mayores habitan en hogares de tres miembros.También se ha visto que siete de cada diez personas mayores que viven solas son viudas.
En cuanto a las limitaciones para las actividades básicas de la vida diaria, el 20,7% de la población de 65 años y más (el 15,0% de los hombres y el 25,2% de las mujeres) tienen dificultad para realizar alguna de las actividades básicas de la vida diaria.
Estas dificultades aumentan con la edad. En el grupo de 85 años y más, las limitaciones afectan al 53,7%. En este grupo de edad, el 38,8% de los hombres y el 61,8% de las mujeres tienen alguna dificultad.
Más de la mitad de los mayores encuestados considera que los hijos cuidan peor a sus padres que generaciones anteriores.
Lourdes S. Villacastín
Artículo publicado en el nº 212 de la Revista muf@ce. https://www.muface.es/revista/index.html
Páginas de origen de las imágenes:
CasaLista
laestrella.com.pa
cuidado-ancianos.vivavisos.com/cuidado-enfermos norte-bogota/cuidado-de-adultos-mayores-en-bogota-/37687550
interdomicilio.com/blog/asistencial-sanitario/servicios-para-mayores-a-domicilio
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