‘Respuestas sorprendentes a preguntas cotidianas’
¿Nunca os habéis preguntado si os puede caer un rayo y vivir para contarlo?
[Cultura – Divulgación]
El divulgador Jordi Pereyra responde, en su libro ‘Respuestas sorprendentes a preguntas cotidianas’, a preguntas como: ¿Alguna vez os habéis preguntado por qué nos quedamos sin wifi si no estamos lejos del rúter? ¿O por qué las hormigas no mueren aplastadas al estrellarse contra el suelo?
Los humanos tenemos la extraña manía de hacernos preguntas. Muchas. Todos los días. Pero a veces, por más que lo intentemos y aunque no nos guste admitirlo, no solo no encontramos las respuestas, sino que ni tan siquiera sabemos dónde ir a buscarlas.
¿O es que nunca os habéis preguntado si os puede caer un rayo y vivir para contarlo? Pero la pregunta decisiva es esta: ¿dónde están las respuestas? Pues en la ciencia, ¿dónde si no?
El problema es que la ciencia a veces se convierte en algo oscuro e ininteligible, y por mucho que googleemos nuestras dudas, no hay quien entienda los resultados.
La solución, nos la da Jordi Pereyra, autor del blog y canal de YouTube ‘Ciencia de Sofá’, en su libro ‘Respuestas sorprendentes a preguntas cotidianas’, editado por la editorial Paidós. La obra es una selección de 25 curiosidades del día a día que solo la ciencia puede explicar.
Jordi Pereyra
Jordi Pereyra (Ibiza, 1990) se graduó en Ingeniería Mecánica en la Universitat Politècnica de Catalunya. Desde 2013, en el que inauguró su blog ‘Ciencia de Sofá’, se dedica a la divulgación. Toca cualquier tema que le ayude a entender mejor el mundo en el que vivimos.
Desde su blog intenta transmitir conceptos científicos a las mentes más distraídas de forma sencilla y amena. Tras recibir varios galardones, su actividad divulgativa lo llevó a trabajar en las secciones de ciencia de varios grandes medios de comunicación como escritor, editor y asesor científico.
Ha publicado, también con Paidós, ‘El universo en una taza de café’ y ‘Las 4 fuerzas que rigen el Universo’.
Respuestas sorprendentes a preguntas cotidianas
12 ¿Es cierto que la luna nos afecta tanto como dicen?
“[…] los autores del metaanálisis encontraron un detalle curioso entre los estudios que afirmaban haber encontrado una relación entre la Luna y el comportamiento humano: la mitad contenían errores estadísticos muy graves.
Por ejemplo, uno de esos estudios afirmaba que un número desproporcionadamente alto de los accidentes de tráfico ocurrían durante las tres noches que rodean las fases de luna llena y luna nueva, pero sus autores no habían tenido en cuenta que, en la muestra temporal que habían escogido, una mayor proporción de lunas nuevas y llenas habían caído en fin de semana, que son días en los que ocurren más accidentes de tráfico de por sí, con independencia de la fase lunar.
Y, en efecto, la supuesta influencia lunar desaparecía en cuanto este detalle se tenía en cuenta en los cálculos estadísticos”. (p. 185)
“Pero no lo entiendo… Si la Luna no tiene ningún efecto sobre nosotros, ¿por qué la gente dice que sí?
Porque, aunque a los seres humanos se nos da bien reconocer patrones, lo hacemos de manera muy subjetiva. De hecho, los autores especulan que la tendencia a asociar la luna llena o nueva con todos los eventos atípicos que ocurren a nuestro alrededor tiene su origen, en gran medida, en el hecho de que la gente tiende a recordar mejor los sucesos que han ocurrido durante estas fases lunares, porque son más fácilmente reconocibles.
Si una noche de luna llena presencias un accidente, es muy probable que la fase lunar que había en ese momento te llame la atención y lo menciones cuando cuentes la anécdota, pero si la Luna estuviera en mitad de la fase de cuarto creciente, seguramente ni siquiera te fijarías en ella ni lo comentarías cuando explicaras el incidente a los demás”. (p.186)
21 ¿Por qué me quedo sin wifi tan rápido si tampoco estoy tan lejos del rúter?
“[…] como puedes imaginar, esta rápida pérdida de intensidad con la distancia no es un fenómeno exclusivo de la luz visible, sino que afecta a las ondas electromagnéticas que tienen cualquier otra longitud de onda…, incluyendo las que utilizan nuestros dispositivos electrónicos para transmitir información de forma inalámbrica.
Un momento… ¿Cómo? ¿Me estás diciendo que los móviles emiten luz para comunicarse entre sí?
Así es, aunque es un tipo de luz que nuestros ojos no son capaces de detectar. El proceso es mucho más complejo de lo que voy a explicar, pero, en resumidas cuentas, nuestros dispositivos se comunican entre sí a través de pequeñas ‘bombillas’ que parpadean constantemente y emiten pulsos de luz con dos longitudes de onda distintas en los que está codificada la información que se transmiten, como si fueran los unos y los ceros de un ordenador.
Esas ‘luces’ que utilizan nuestros dispositivos electrónicos son invisibles para nosotros, porque su longitud de onda ronda los 12,5 centímetros, lo que las coloca a caballo entre las microondas y las ondas de radio, muy lejos del rango de los 380 a los 740 nanómetros que nuestros ojos son capaces de detectar”. (p.287)
25 ¿Qué le pasaría a un astronauta si se quitara el casco en el espacio exterior?
“Siento decepcionarte, pero, en la vida real, si un astronauta se quitara el casco, ni le explotaría la cabeza ni se congelaría de inmediato.
No sé qué clase de lectores te piensas que tienes, pero a mí esta noticia me alegra, no me decepciona.
Tienes razón, me he acostumbrado a pedir perdón por inercia cada vez que desmiento una fantasía poco realista de Hollywood. En cualquier caso, el objetivo de este capítulo es explicar porqué la exposición al vacío no nos mata de manera tan inmediata como sugieren las películas… Y que incluso existe la posibilidad de quitarse el casco de astronauta en el espacio y vivir para contarlo”. (p. 341)
“Es más, este fenómeno me recuerda a otro cliché que es bastante recurrente en las películas de Hollywood: alguien dispara una bala contra una de las paredes de un avión en pleno vuelo, y abre un agujero que se expande rápidamente y succiona a varios pasajeros hacia el exterior.
A primera vista, podría parecer que esta escena tiene cierta verosimilitud porque, al abrir un agujero en el fuselaje, el aire a alta presión de la cabina saldrá a toda velocidad hacia la atmósfera a menor presión que rodea la aeronave……
Pero eso no es más que otra exageración de Hollywood, ¿verdad?
Sí, sí, no te preocupes. Si el agujero es pequeño, el aire que hay dentro del avión saldrá rápidamente a través de él, produciendo una corriente que tal vez tendrá la fuerza suficiente como para levantar algunos papeles, pero poco más.
En cuanto la presión de la cabina se iguale con el exterior, esa corriente se detendrá, y lo único que quedará será un simple agujero ventoso y molesto. Aun así, eso no significa que un agujero en el fuselaje de un avión no pueda arrastrar a una persona al exterior… Pero tiene que ser enorme, como podrás imaginar”. (pp. 343-344)
Departamento de Prensa
Paidós – Zenith
Paloma Cordón
pcordon@planeta.es
Páginas de origen de las imágenes:
elterritorio
claseturistadepaso
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