Jonathan Osborne – Educación científica en la era de la desinformación

Jonathan Osborne ha visitado Madrid para hablar sobre el informe’ Educación científica en la era de la desinformación’, que ha publicado junto a un equipo internacional.

[Entrevistas / Ciencia]

 

El investigador emérito de la Universidad de Stanford (EE UU) Jonathan Osborne ha visitado Madrid para hablar sobre el informe ‘Educación científica en la era de la desinformación’, que ha publicado junto a un equipo internacional. Para este experto, si después de varios años de educación científica obligatoria “no eres capaz de recordar algo significativo, es un problema”.

Jonathan Osborne trabaja para mejorar la enseñanza en las escuelas de materias como las matemáticas, la química y la física, campo este último en el que está especializado.

El científico ha estado unos días en España, ya que fue invitado a participar en el III Congreso Nacional Scientix, que se celebró durante los días 1 y 2 de octubre de 2022 en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología en Alcobendas (Madrid).

Este evento, organizado por la FECYT (Fundación Española Para la Ciencia y la Tecnología) y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, se dirige al profesorado para compartir metodologías, recursos y ejemplos prácticos sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

 

Entrevista

Eva Rodríguez: Es uno de los autores de los ‘Estándares Científicos de Próxima Generación de EE UU, para mejorar el rendimiento en estas materias’. ¿Qué es lo que deberíamos haber aprendido de ciencia al acabar la escuela?

Jonathan Osborne: Ese es el verdadero desafío. Creo que tiene que definirse mucho más claramente, algo que no han hecho los planes de estudio hasta ahora, incluido el más reciente de Estados Unidos que es muy influyente. ¿Qué queremos que los alumnos sean capaces de hacer si abandonan la ciencia, a la edad que sea?

No buscamos que sean capaces de reproducir el ciclo de Krebs, queremos que puedan explicar a sus amigos dos o tres grandes ideas y que eso les parezca realmente emocionante. Una idea que les haya cambiado la forma de ver el mundo. Por ejemplo, la mayor parte del átomo es espacio vacío. Si piensas que en el pequeño núcleo se concentra y que alrededor están los electrones, es algo impresionante.

E.R.: ¿Por qué no se hace así?

J.O.: Si nos fijamos en los libros de texto, hay un montón de información, pero ningún capítulo comienza por explicar qué pregunta se va a responder. No podemos seguir impartiendo esta forma de enseñar la ciencia, porque la mayoría de los estudiantes llegan al final y dicen: no quiero volver a acercarme a ella.

 

Fallos al comunicar la ciencia a los estudiantes

Eva Rodríguez: ¿Cuáles son los problemas más comunes que tienen los estudiantes en estas asignaturas?

Jonathan Osborne: El problema más común es la dificultad, pero no solo. No logran ver el sentido que tiene y por qué es importante. Eso es una tragedia para esta disciplina y para ellos también, porque la ciencia es un gran logro intelectual. Falla la forma en que se presenta y se comunica en las escuelas.

E.R.: ¿Podría darme un ejemplo?

J.O.: Siempre recuerdo cuando entrevisté a una mujer que trabajaba en una interfaz entre la ciencia y el arte. Estábamos haciendo una especie de entrevista general sobre preguntas acerca de lo que es hacer buena ciencia desde su punto de vista. Para ella, era como el buen arte: es impresionante o es inquietante y creo que es muy cierto.

Si partes, por ejemplo, del telescopio James Webb y las fotografías que ha conseguido son literalmente impresionantes. Pero también puede ser inquietante a un nivel muy básico. Si te paras a pensar, el día y la noche los provoca un sol en movimiento.

La ciencia es esa historia diferente que te dice que estás en una Tierra que gira. Y va tan rápido, a más de 1000 millas por hora [1600 km/h] pero tú no sales despedido, ¿cómo es posible? Eso es inquietante.

 

Hacer impresionante o inquietante el estudio de la cienca

Eva Rodríguez: La astronomía y el universo despiertan mucha curiosidad, pero otras materias pueden parecer más densas, ¿no?

Jonathan Osborne: Sí, un ejemplo simple está en la física. En la escuela estudiamos palancas y poleas y este tipo de cosas. Si se hace de forma común es extremadamente aburrido. ¿Por qué estamos estudiando esto y qué es lo interesante? Con este sistema de poleas puedo levantar cuatro veces mi peso, tal vez incluso ocho veces mi peso, ¿cómo es posible? Creo que se trata de un problema de presentación de la ciencia que necesita ser abordado.

E.R.: ¿Quiénes lo hacen mejor?

J.O.: Los museos hacen un trabajo excelente para que sea impresionante o inquietante.

E.R.: ¿Por qué es importante despertar interés también en aquellas personas que no van a volver a estudiar ciencias?

J.O.: Dónde veo el problema es cuando hablo con un amigo adulto y le digo que, por favor, me cuente algo que recuerde de la ciencia escolar. Que me diga, por ejemplo, una idea importante que transformara el mundo que ahora comprende y que le pareciera inquietante, y no se acuerdan de nada. Eso es grave.

E.R.: ¿Eso no ocurre con otras materias?

J.O.: En literatura inglesa, no sé cómo es aquí con el estudio de la española, obviamente leímos a Shakespeare y puedo recordar en detalle gran parte de la historia de Macbeth, porque la estudiamos y tiene importancia para mí en ese sentido. Si después de ocho o nueve años de educación científica obligatoria no eres capaz de contar una historia significativa sobre la ciencia, es un problema.

 

Problemas en la forma de aprendizaje

Eva Rodríguez: ¿Es un problema de la forma de aprendizaje o porque no reflexionamos sobre su significado más allá de los libros de texto?

Jonathan Osborne: Los ingleses tenemos un dicho: los árboles no dejan ver el bosque. Se presenta a los estudiantes pequeños trozos de información, pero nunca el cuadro completo. ¿Por qué la teoría de la evolución de Darwin es tan importante? Dobzhansky dijo la famosa frase: nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución.

Si después de cien años la educación no puede explicarme qué es lo que justifica esa declaración, eso me preocupa. Si no puedes exponerme una concepción básica del universo dónde estamos y lo pequeños que somos. Todo eso se pierde porque la gente se centra en el bosque y no en el panorama general. Así está diseñada la ciencia en la escuela.

E.R.: ¿Es importante familiarizarse con el lenguaje científico?

J.O.: La ciencia es un conjunto de ideas complejas. Como cualquier profesión, ha desarrollado un conjunto de palabras y lenguaje y formas de hablar del mundo. Si quieres estudiar esa disciplina, tienes que adquirir el lenguaje de la ciencia. Un idioma solo se adquiere utilizándolo. Cualquiera que aprenda un idioma puede decirte que la gramática y el vocabulario no es lo importante.

Se trata de tener oportunidades para practicar. Por esta razón, es fundamental que los estudiantes tengan ocasiones de escribir usando el lenguaje científico, de hablar con este lenguaje y leerlo. Sé que hacer experimentos, por ejemplo, es divertido, pero si eso es todo lo que recuerdan, no se avanza.

E.R.: ¿Cómo podemos introducir ese ‘idioma complejo’ en el día a día de un estudiante?

J.O.: Necesitas oportunidades para ello, para usar este lenguaje y construir esa capacidad. Hay que aprender a deletrearlo y entender el concepto que lo acompaña. Es decir, aprender la palabra fotosíntesis en sí misma no tiene valor, a menos que puedas explicar por qué es la reacción más significativa del planeta.

¿Qué es lo impresionante de este concepto? Básicamente, es algo que los humanos no pueden hacer o recrear y que las plantas hacen todo el tiempo y gracias a ella se crea toda la comida existente.

E.R.: ¿Me podría dar ejemplos prácticos para ponerlo en marcha?

J.O.:  Tiene que haber actividades en las que se pida a los alumnos que escriban y expliquen cosas. Pueden hacer presentaciones en PowerPoint con actividades en las que se les pida que lean y deduzcan el significado. Por ejemplo, les das seis afirmaciones para que reflexionen si son verdaderas o falsas.

Después les puedes leer un texto y preguntarles otra vez, ¿cuál es la evidencia del relato? Se trata de dar a los alumnos la oportunidad de hablar de ciencia, hacer que al menos hablen con la persona que tienen al lado y le expliquen una idea. O presentarla a toda la clase, tiene que ser un proceso mucho más activo. Habrá quién dirá que no se puede hacer porque tiene que dar toda la materia, pero sus alumnos no recordarán nada. Una sola idea bien recordada vale más que 1.000 olvidadas.

 

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Eva Rodríguez
Periodista y redactora de SINC especializada en información sobre ciencias naturales y sociales

Fuente: SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas)
Derechos: Creative Commons

Página de origen de las imágenes:
Anthony – pexels.com
Faik Akmd – pexels.com

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