Los Freegans – Boicot total al sistema económico

Los freegans abogan por la comunidad, la generosidad, la conciencia social, la libertad, la cooperación y el compartir en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía social, la competición, la conformidad y la codicia.

 

[Medio Ambiente / Empresa – Artículos]

 

Se denomina freegan a gente que emplea estrategias alternativas para vivir, basadas en una participación limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos.

Freeganism designa un estilo de vida anticonsumista, con una participación limitada en la economía convencional, mínimo consumo de recursos y mejor aprovechamiento de los mismos. ​

Una de estas estrategias es evitar el consumismo innecesario,​ y otra la recolección de alimentos que han sido previamente tirados a la basura o descartados por estar próxima o pasada su fecha de caducidad.

Los freegans​ son considerados activistas que se manifiestan contra el consumo y desperdicio excesivo de productos,​ siendo los alimenticios el foco de atención en muchas de sus acciones.​

Sus actividades son básicamente nocturnas y junto a restaurantes y supermercados, donde es posible encontrar alimentos seguros y en condiciones para preparar sus propias comidas o para compartirlas en reuniones públicas. (Wikipedia).

 

La filosofía de los freegans

Los freegans abogan por la comunidad, la generosidad, la conciencia social, la libertad, la cooperación y el compartir en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía social, la competición, la conformidad y la codicia.

Tras años intentando boicotear productos procedentes de corporaciones causantes de la violación de derechos humanos, de la destrucción ambiental y el abuso de animales, muchos de ellos descubrieron que independientemente de lo que compraban siempre acababan apoyando algo deplorable.

Entendieron entonces que el problema no es sólo algunas malas empresas sino el propio sistema en su totalidad. El Freeganism es un boicot total a un sistema económico donde el beneficio ha eclipsado las consideraciones éticas y donde complejos sistemas de producción masiva aseguran que todos los productos que compramos tengan impactos perjudiciales, la mayoría de los cuales ni siquiera habíamos considerado.

De esta manera, en vez de evitar la compra de productos de una mala compañía, sólo para beneficiar a otra, evitamos comprar en el mayor grado en que somos capaces.

La palabra freegan deriva de ‘free’ (libre) y ‘vegan’ (vegano). Se denominan ‘vegans’ aquellos que evitan el consumo de productos de origen animal o productos experimentados en animales en un esfuerzo por evitar causarles daño.

 

Activistas del medio ambiente y de la explotación animal y humana

Los freegans llevan esta postura un paso más allá reconociendo que en una compleja economía industrial y de producción en masa motivada por el beneficio, el abuso de personas, animales y de la tierra abunda en todos los niveles de producción (desde la adquisición de la materia prima, a la producción y el transporte) y es así para casi cada simple producto que compramos.

El trabajo en fábricas que explotan, la destrucción de los bosques, el calentamiento global, el desplazamiento de comunidades indígenas, la contaminación del aire o del agua.

Igualmente la erradicación de insectos como ‘molestias’ la vida salvaje en granjas, o las violentas destituciones de gobiernos elegidos popularmente para mantener dictadores marioneta conformes con los intereses de las grandes empresas.

Además, la destrucción de sindicatos, la perforación en busca de petróleo en lugares ambientalmente sensibles, explotación infantil, y sobornos a regímenes represivos, son sólo algunos de los muchos impactos del aparentemente inocuo consumo de productos que llevamos a cabo cada día.

 

Reclamación de gastos

Vivimos en un sistema económico donde los vendedores sólo valoran la tierra y sus bienes en relación a su capacidad para generar beneficios. Los consumidores están constantemente siendo bombardeados con anuncios que les incitan a desechar y reemplazar los bienes que ya tienen porque esto incrementa las ventas.

Esta práctica de la sociedades opulentas produce una cantidad de gasto tan grande que mucha gente puede ser alimentada y mantenida simplemente con su basura.

Como freegans, recolectamos la comida en vez de comprarla para evitar ser consumidores nosotros mismos, para retar políticamente la injusticia de permitir que recursos vitales sean gastados mientras multitudes carecen de necesidades básicas como comida, ropa y alojamiento.

Igualmente para reducir la basura que va a parar a terrenos y a incineradoras que están masivamente situados en barrios pobres, donde causan elevados niveles de cáncer y asma.

 

La recolección urbana

Quizás la estrategia freegan más notoria es la comunmente denominada recolección urbana o dumpster diving. Esta técnica implica buscar, en la basura de mayoristas, residencias, oficinas y otras instalaciones, bienes útiles.

A diferencia de los estereotipos de nuestra sociedad sobre la basura, los bienes recuperados por este colectivo son seguros, utilizables, limpios y en perfectas o casi perfectas condiciones, un síntoma de una cultura consumista que nos incita a sustituir nuestros bienes más antiguos por otros nuevos, y donde los mayoristas planean un alto volumen de producción disponible como parte de su modelo económico.

Algunos recolectores urbanos van solos, otros lo practican en grupos, pero siempre comparten los descubrimientos abiertamente unos con otros y con todo aquel que encuentran en el camino que los quiere.

Grupos como Food Not Bombs (Comida No Bombas), que es una iniciativa para alimentar a toda persona que tenga hambre, recuperan comida que de otro modo sería desperdiciada y la usan para preparar comidas que comparten en lugares públicos con todo el que lo desee.

 

Lo que se obtiene

Recuperando los descartes de mayoristas, oficinas, escuelas, casas, hoteles, o cualquier lugar buscando en sus cubos de basura, contenedores y bolsas de basura, los freegans son capaces de obtener:

comida,
bebidas,
libros,
artículos de tocador,
revistas, cómics, periódicos, videos,
artículos de cocina,
electrodomésticos,
música (CDs, casetes, discos, etcétera)
alfombras,
instrumentos musicales,
ropa,
patines, patinetes,
muebles,
vitaminas,
aparatos electrónicos,
productos para el cuidado animal,
juegos, juguetes,
bicicletas,
piezas de arte y
cualquier tipo de bien de consumo.

Además de no contribuir a aumentar el gasto, reducen la basura y la polución disminuyendo el sobrevolúmen en la corriente de gastos.

Muchos de los objetos usados pueden ser también encontrados gratis o compartidos con otros, en sitios web como Freecycle y en la sección free del Craigslist local.

Para disponer de materiales útiles comprobar el directorio EPA Materials and Waste Exchanges. En comunidades alrededor del país, la gente está llevando a cabo eventos como Really Really Free Markets (Mercados verdaderamente gratis) y Freemeets (Encuentros gratuitos).

Estos eventos son semejantes a mercadillos con objetos gratuitos. La gente trae cosas para compartir con otros. Dan y reciben pero no se intercambia dinero.

Cuando los freegans necesitan comprar, compran bienes de segunda mano que reducen la producción y apoyan el reutilizar y reducir lo que habría sido gastado, sin proveer ingresos adicionales para nueva producción.

 

Transporte ecológico

Los freegans reconocen los desastrosos impactos sociales y ecológicos del automóvil. Los automóviles causan polución creada por la combustión de petróleo, pero generalmente no pensamos en otros factores de destrucción como bosques siendo eliminados para construir carreteras en áreas salvajes y las muertes por choque, de humanos y vida salvaje.

Además, el uso masivo de petróleo crea el impulso económico que origina las masacres en Irak y en el resto del mundo. Por eso los freegans deciden no usar coches en su mayoría. Usan otros métodos de transporte incluyendo salto al tren, hacer autoestop, caminar, patinar o montar en bicicleta.

Si es inevitable el uso de coches, para tratar de eliminar la dependencia de carburantes fósiles, utilizan coches con motores Diesel transformados para funcionar con ‘greisel’ o aceite vegetal (grasoso-diesel).

Literalmente alimentan sus coches con aceite usado que fue freído en restaurantes, otro ejemplo de transformación del gasto en algo práctico.

Grupos voluntarios están ayudando a quien quiera en la transformación de los motores Diesel para que funcionen con aceite vegetal.

 

Volviéndose verde

Los Freegans - Boicot total a un sistema económico

Muchos ecologistas urbanos han estado transformando terrenos abandonados y llenos de basura en verdes jardines comunitarios. En vecindarios donde los comercios venden más comida basura que vegetales frescos, los jardines comunitarios suponen una fuente de comida sana.

Donde el aire está saturado de agentes contaminantes inductores de asma, los árboles de los jardines comunales producen oxígeno. En paisajes dominados por el ladrillo, el cemento y el asfalto, los jardines constituyen un oasis de plantas.

Son espacios abiertos y lugares para que las comunidades se reúnan, trabajen juntos, compartan comida, y eliminen las barreras que mantienen a la gente apartada en una sociedad donde todos nos hemos alejado demasiado los unos de los otros.

Los recolectores salvajes demuestran que podemos alimentarnos sin supermercados y curar nuestras enfermedades sin farmacias, familiarizándonos con las plantas medicinales que crecen alrededor.

Incluso los parques de las ciudades pueden proveer comida y medicinas útiles, dándonos una apreciación renovada de que nuestro mantenimiento procede finalmente no de las corporaciones productoras de comida, sino de la tierra misma.

Otros llevan el modo de vida de la recolección incluso más lejos, desprendiéndose de conceptos urbanos y suburbanos e intentando volver a los orígenes construyendo comunidades en la naturaleza, basados en habilidades primitivas para sobrevivir.

 

Trabajar menos, desempleo voluntario

¿Cuánto de nuestras vidas sacrificamos para pagar cuentas y comprar más cosas? Para la mayoría de nosotros, el trabajo significa sacrificar nuestra libertad para recibir las órdenes de otros, estrés, aburrimiento, monotonía, y en muchos casos riesgo para nuestro bienestar físico y psicológico.

Cubriendo necesidades básicas como la comida, ropa, alojamiento (este colectivo cree que el alojamiento es un DERECHO, no un privilegio), mobiliario y transporte sin gastar dinero, los freegans son capaces de reducir o al menos eliminar la necesidad de ser constantemente contratados. 

Pueden sin embargo dedicar su tiempo a cuidar de sus familias, a hacer trabajo de voluntariado en sus comunidades, y a tomar parte en grupos activistas para luchar contra las malas prácticas de empresas.

Para algunos, el total desempleo no es una opción, pero limitando sus necesidades financieras, incluso aquellos de ellos que necesitan trabajar pueden establecer conscientemente límites a cuánto se trabaja.

Igualmente, tomar el control de sus vidas, y escapar a la presión constante de llegar a fin de mes. Pero incluso si necesitan trabajar, es esencial no ceder el control total a los jefes. El espíritu freegan de cooperación puede ser extendido al lugar de trabajo como parte de sindicatos de trabajadores tales como Industrial workers of the world.

 

 

Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com

Fuente:
freegan.info

Origen de las imágenes:
www.freepik.es   
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wirestock – freepik.es

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Actualizado: 08-02-2024
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