La revolución tecnológica – Nuevo marco legal europeo
La revolución tecnológica. La soberanía digital de Europa, clave para convertirse en superpotencia tecnológica por sí misma y definir su autonomía estratégica.
[Empresa – Información Digital]
La pandemia, el Brexit, la guerra en Ucrania, la inflación, el aumento de la desigualdad y la emergencia climática son señales de la gran transformación mundial.
Un futuro de incertidumbre marcado a su vez por una gran revolución tecnológica, cuya punta de lanza es la digitalización, que ha concentrado los avances en una franja de tiempo muy inferior a las que ocuparon los saltos tecnológicos en el pasado.
En consecuencia, esta velocidad en la innovación implica que las indudables ventajas que trae consigo el progreso pueden venir acompañadas de amenazas como la pérdida de privacidad, la desinformación o la ciberdelincuencia, entre otras.
Revolución tecnológica. Los usuarios de Internet en aumento
La sociedad digital en el mundo continúa avanzando, aunque a menor ritmo del experimentado en los momentos álgidos de la pandemia. En 2022, casi dos tercios (66,3%) de la población mundial era usuaria de Internet.
Este porcentaje es 3,7 puntos superior al de 2021 (62,6%). En términos absolutos, existían más de 5.280 millones de personas usuarias de Internet, 338 millones más que en 2021.
En el momento actual y teniendo en cuenta el entorno tan variable e incierto en el que vivimos, se plantea una serie de elementos para la reflexión:
> la digitalización es un fenómeno global imparable,
> encrucijada abierta sobre la evolución de Internet,
> la soberanía digital de Europa y una contribución justa que garantice la eficiencia de las redes y
> la sostenibilidad medioambiental de la economía digital.
La soberanía digital de Europa, clave para convertirse en superpotencia tecnológica
Europa se perdió la primera ola tecnológica, pero debe aprovechar la siguiente y, a su vez, desarrollar sus propias capacidades digitales.
La UE (Unión Europea) tiene la oportunidad de convertirse en una superpotencia tecnológica por sí misma, en llegar a ser una soberanía digital y definir su autonomía estratégica en un mundo nuevo y, además, ejercer su poder regulador para configurar el entorno internacional sobre cuestiones digitales.
2022 ha sido un año intenso en la actividad regulatoria del ecosistema digital europeo. El pasado año se aprobaron dos normas fundamentales que persiguen un desarrollo más ético de los servicios digitales, y que garantizan la competencia en el mercado digital y la protección de los derechos de los consumidores comunitarios:
La Digital Markets Act (DMA) y la Digital Services Act (DSA), que comenzarán a aplicarse en 2023 y 2024, respectivamente.
Las plataformas y un nuevo marco legal adecuado
Hoy, las condiciones del mercado de Internet han cambiado en todo el mundo y el poder de negociación de las plataformas y los grandes proveedores de contenidos se ha ampliado en los últimos años.
El debate sobre la contribución justa a la sostenibilidad de la red no es un debate de los operadores de la UE contra las grandes plataformas de contenidos estadounidenses, sino un debate global que empezó en Asia y se extendió a EE.UU. y Europa para sostener la inversión y el despliegue de la red.
Mientras que los ingresos de las telecomunicaciones disminuyen, el tráfico de Internet crece un 35% anualmente y más del 50% en el caso de los datos móviles.
Sólo seis grandes plataformas digitales generan más de la mitad del tráfico total de Internet, que se incrementa incesantemente.
El sector de las telecomunicaciones se enfrenta a retos cada vez mayores para mantener el ritmo de inversión y la sostenibilidad del ecosistema digital de la UE, que depende de él.
Es por ello, que urge desarrollar una propuesta regulatoria ante los cambios que ha traído la aceleración de la digitalización, tanto a nivel europeo como español.
Se trata de crear un nuevo marco legal adecuado y adaptado a los nuevos desarrollos e infraestructuras. En estos nuevos tiempos se necesitan nuevas reglas de juego.
La fortaleza de las infraestructuras españolas
En este contexto, España avanza a buen ritmo en su proceso de transformación digital y es líder indiscutible en términos de conectividad.
El Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) que elabora anualmente la Comisión Europea situaba a nuestro país en 2022 en el puesto número siete dentro de la lista de los Estados miembros, dos puestos más arriba que en 2021.
Solamente es superada en este ámbito por Finlandia, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Irlanda y Malta.
España es un país que dispone de una dotación de infraestructuras muy avanzada, tanto en relación con los países europeos, como en el marco de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), gracias a su temprana apuesta por la fibra óptica en la pasada década y al rápido despliegue del estándar de telefonía móvil 5G que está llevando a cabo en estos últimos años.
En nuestro entorno europeo se ha producido un notable avance de la fibra, con una cobertura del 70,2% en el conjunto de la UE.
España se sitúa en cuarta posición con una cobertura del 93,8%, superada únicamente por Malta, Luxemburgo y Dinamarca.
Las fuertes inversiones en 5G en nuestro país se hacen patentes en el relevante aumento de la cobertura experimentada en 2022. En la Unión Europea, ésta ha pasado del 13,9% de los hogares en 2021 al 65,8% en 2022.
En España, Telefónica cerró el año 2022 con un total de 1.719 municipios con 5G, lo que supone una cobertura superior al 83% de la población.
Palancas de la digitalización
En este escenario global tan cambiante hay tres factores que pueden considerase impulsores de la digitalización:
> la innovación en la educación,
> el talento digital de la fuerza de trabajo, y
> un Internet seguro libre de ciberamenazas y de contenidos que manipulan la opinión pública.
Afrontar la disrupción desde el antropocentrismo
En 2022, la Comisión Europea anunció un acuerdo político entre el Parlamento Europeo y el Consejo, el programa ‘La Década Digital de Europa: metas digitales para 2030’, que hace alusión a las habilidades y la infraestructura, a la digitalización de los negocios y de los servicios públicos, y también resalta la importancia de tener un marco de derechos digitales para los europeos.
Hay que afrontar las crisis desde una perspectiva antropocéntrica, poniendo a las personas en el centro.
Por otro lado, España cuenta desde 2021 con una ‘Carta de Derechos Digitales’, que no tiene carácter normativo, pero que supone un marco de referencia para garantizar y reforzar los derechos de las personas en el mundo digital.
Y también existen iniciativas del sector privado que sitúan el bienestar de la sociedad en el centro de la transformación digital, y que defienden que esta debe ser ética, justa e inclusiva.
Telefónica, por su parte, ha propuesto un pacto digital entre la sociedad civil, la academia, el sector público y el privado para apalancar una transición digital centrada en las personas.
Para ello, es necesario desarrollar un nuevo modelo de gobernanza que sea capaz de combinar los aspectos sociales, ambientales y económicos, y asegurar al mismo tiempo una transición digital sostenible a largo plazo.
Agencia de Comunicación Atrevia
slfarhan@atrevia.com
Fundación Telefónica
Departamento de Comunicación
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Origen de la imagen:
pexels.com – IslandHopper X
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1 – 06-06-2023