Covid-19 y la limitación de derechos – Webinar
La limitación de los derechos de las personas para proteger a la colectividad durante la crisis del Covid-19
[Barcelona Eventos / Cultura / Ciencia / Salud]
Webinar Fundación Víctor Grífols i Lucas
Covid-19: ‘Libertad individual vs. bien común’
Bonaventura Clotet, investigador; Victoria Camps, filósofa; y Andreu Segura
7 de mayo de 2020
Este webinar (conferencia en línea), se ha realizado enmarcado dentro de la Cátedra de Bioética Fundació Grífols UVIC-UCC y ha sido organizado por la Fundación Víctor Grífols i Lucas.
La sesión ha tratado de la limitación de los derechos de las personas para proteger a la colectividad durante la crisis del Covid-19, y sobre las cuestiones éticas vinculadas con la libertad individual en contraposición al bien común.
Los ciudadanos han sufrido restricciones a su libertad individual, y es previsible que se extiendan en futuros escenarios.
Bonaventura Clotet, investigador y jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol; Victoria Camps, filósofa, y presidenta de la Fundació Víctor Grífols; y Andreu Segura, coordinador del Grupo de Trabajo de Ética y Salud Pública de (SESPAS), han participado como ponentes.
La sesión ha sido moderada por Núria Terribas, directora de la Fundació Víctor Grífols i Lucas, y Ester Busquets, coordinadora de la Cátedra de Bioética Fundació Grífols UVIC-UCC.
Bonaventura Clotet
Bonaventura Clotet ha iniciado su intervención afirmando que, «el coronavirus sabíamos que iba a volver. Hay precedentes que indicaban que en el futuro podrían resurgir este tipo de virus de origen animal.
En 2002 aparece el SARS y en 2012 el MERS. Estas dos epidemias tenían una mortalidad elevada, pero sin la contagiosidad del Covid-19, una infección que con la globalización se ha distribuido muy rápidamente a todo el mundo.
Por tanto, ya existían evidencias científicas que apuntaban que podían ir emergiendo nuevos coronavirus. Si en 2002 se hubieran destinado suficientes recursos a la investigación de salud animal, ya tendríamos una vacuna que tuviera en cuenta las posibles variantes del virus”.
Sobre el Covid-19 falta mucho conocimiento
Respecto a la actual situación de la pandemia, Clotet considera que todavía falta mucho conocimiento. «No está claro si el virus todavía es infectivo cuando la persona ya se ha recuperado».
“Analizamos las inmunoglobulinas para medir la concentración de distintos tipos de anticuerpos en la sangre, pero se desconoce lo protectoras que pueden llegar a ser”.
Para el investigador es fundamental, como en todas las enfermedades, plantear el inicio del tratamiento en una fase muy inicial de la infección para abortarla y controlarla.
De esta manera se evitaría la progresión. Es importante realizar estudios en fases iniciales, para analizar la eficacia de algunos tratamientos. Clotet ha puesto como ejemplo la hidroxicloroquina o el remdesivir, un fármaco que ha demostrado su eficacia in vitro, pero que cuando se ensaya en vivo en etapas muy avanzadas tienen un impacto reducido
Ensayo coordinado por Oriol Mitjà
En esta línea, Bonaventura Clotet, ha apuntado el ensayo en el que está trabajando, coordinado por Oriol Mitjà, que aportará sus primeras conclusiones en 3 o 4 semanas.
La investigación ensaya con la hidroxicloroquina administrada en etapas muy iniciales, menos de 5 días de síntomas, para determinar si es eficaz para bloquear la infección.
En cualquier caso, independientemente de que el fármaco que se está ensayando sea el idóneo, hay que tener claro que el objetivo es diseñar estructuras de nuevos tratamientos capaces de frenar la progresión y evitar que las personas desarrollen la respuesta inflamatoria y, por tanto, reducir la mortalidad.
Sobre las medidas de confinamiento, el científico considera que han sido necesarias pero que han llegado tarde. «Si se hubieran implementado con mayor antelación, posiblemente el periodo de cuarentena hubiera sido menor y, en estos momentos, nos encontraríamos en fases más avanzadas».
Victoria Camps
Victoria Camps ha defendido, durante su exposición, la idea de que entre libertad individual y bien común no debe haber contradicción, si media una actitud de responsabilidad.
Para sustentar esta afirmación ha referenciado la tesis del filósofo John Stuart Mill, que defiende la libertad individual, sin perder de vista el compromiso de las personas con el bien común.
Mill rechaza el paternalismo del estado o de la sociedad que impone a los individuos formas de actuar con vistas a protegerlos de algún mal.
Considera que nadie puede impedir a un individuo que se haga daño a sí mismo, ya que es soberano, pero sí que se puede intervenir desde el estado o colectivos públicos para prevenir el daño a otros.
Salud pública y confinamiento obligatorio
Si nos referimos a la salud pública, estos dos conceptos no pueden ser antagónicos, según Camps. «Se está reproduciendo algo que en bioética se conoce muy bien y que tiene que ver con el conflicto que se da muchas veces entre autonomía y beneficencia.
Si nos centramos en el Covid-19 y la libertad individual, los ciudadanos deben comprometerse con respecto a un bien común, un virus que ha generado una gran incertidumbre. Tenemos claro que el bien común consiste en detener los contagios y evitar el colapso del sistema sanitario.
Esto ha llevado al confinamiento obligatorio que ha tenido una respuesta, que la filósofa considera ejemplar por parte de la ciudadanía, que ha mostrado su compromiso y convicción para entender una situación en la que había que asumir la limitación de libertades».
Camps piensa que ha habido miedo a lo desconocido, al mismo tiempo que un sentimiento de compasión. «Posiblemente, estos sentimientos de miedo y compasión son los que han influido en una respuesta solidaria y altruista».
¿Medidas proporcionadas?
Por otra parte, Victoria Camps ha exhortado a reflexionar y plantearse si las medidas de confinamiento son proporcionales con la amenaza del virus.
«Unas medidas que han venido determinadas por decretos de alarma que nos han obligado a no salir de casa. No ha sido una decisión basada en la autonomía de la persona sino en la heteronomía.
La autonomía es el reconocimiento de que debemos cumplir un deber ya que es racional. Pero en este caso, ha funcionado la heteronomía, una imposición jurídica basada en la desconfianza, ya que si no hay coacción, la ciudadanía no cumple.
A medida que se avance en el descenso de la curva de contagios y hacia el desconfinamiento surgirán debates en base a nuevas medidas que se puedan ir implantando y que afectan a la libertad del individuo y su relación con la salud colectiva.
El control de movimientos a través de aplicaciones móviles, la libertad de circulación de las personas mayores, la obligatoriedad o voluntariedad de los test, son un buen ejemplo de ello.
Hay que discutir si queremos libertad limitada que no sea contradictoria con el espíritu de democracia. Hay que mantener la idea de que la libertad no es contraria al bien común o a la seguridad, si es libertad responsable, que asume sus propios límites razonables».
Andreu Segura
Andreu Segura, ha apuntado que la situación es compleja y en lugar de aclararnos incrementamos la confusión.
«Es necesario saber gestionar la incertidumbre con sensatez y prudencia. A menudo la incertidumbre si interpreta como ignorancia y la ignorancia no gusta a nadie».
Segura considera que hay problemas frente a los que no tenemos solución y que no siempre es válido el «hay que hacer todo lo que se pueda y más, no es factible un sistema sanitario desmedido, ya que es la mejor manera de condenarlo a muerte.
Al concentrar todos los recursos en una sola dirección se ha dejado de atender otros problemas con mejor solución».
Medidas efectivas o no
Sobre las medidas, considera que hay que plantearse si son suficientemente efectivas o si el remedio es peor que la enfermedad.
El coordinador de SESPAS piensa que no habrá respuestas claras hasta dentro de un tiempo. «Las efectividad de las medidas no siempre se pueden garantizar, pero sí justificar lo mejor posible y deben resultar factibles y no contradictorias.
Es fundamental reconocer y cuantificar las cargas que van a conllevar, no solo en la economía, también los daños que van a generar en los próximos años en la salud de las personas, sobre todo en los colectivos más vulnerables».
La opinión de los expertos
El coordinador también ha planteado hasta qué punto es importante la opinión de los expertos. «La ciencia busca explicaciones, lo más útil para entender o transformar la realidad.
Descargar responsabilidad en expertos no es adecuado. La legitimad de tomar decisiones en nombre de todos corresponde a quienes han sido elegidos para ello.
Se necesitan abordajes interdisciplinarios, además de que el conocimiento científico para ser útil, se debe coordinar y asentar».
La sociedad y las restricciones
Piensa que «también hay que reflexionar sobre la disposición de nuestra sociedad a adoptar restricciones de libertades que, seguramente, no se hubieran aceptado en otras circunstancias y si no hubiera mediado el miedo.
Este sentimiento es necesario para sobrevivir pero hay que controlarlo, ya que bloquea y es muy contagioso».
En esta crisis, según Segura, «hay dos protagonistas clave: los medios de comunicación social y las autoridades sanitarias.
El tratamiento de la información en general ha sido sensacionalista y con flagrantes ofensas y han jugado un papel determinante en la profusión del miedo, que además, se ha visto estimulado por determinados expertos y portavoces.
Por su parte, las autoridades sanitarias han actuado bajo el interés en protegerse de las eventuales críticas que pueden cosechar sus decisiones, lo que dificulta el correcto desarrollo de sus obligaciones, que a veces incluye adoptar medidas impopulares».
Para acabar, Segura ha afirmado: «No ha sido el virus quien ha cerrado las empresas y nos ha mantenido en casa, hemos sido nosotros por miedo y culpa».
Reflexiones
Ha sido una sesión muy interesante. Estamos muy de acuerdo en lo que ha dicho el científico Bonaventura Clotet: «Si en 2002 se hubieran destinado suficientes recursos a la investigación de salud animal, ya tendríamos una vacuna que tuviera en cuenta las posibles variantes del virus”.
Y también: «Si se hubieran implementado las medidas de confinamiento con mayor antelación, posiblemente el periodo de cuarentena hubiera sido menor y, en estos momentos, nos encontraríamos en fases más avanzadas».
No ha sido así con afirmaciones de Andreu Segura como: «Descargar responsabilidad en expertos no es adecuado. La legitimad de tomar decisiones en nombre de todos corresponde a quienes han sido elegidos para ello». No creemos que quienes hemos elegido (políticos) sean entendidos en materia de pandemias, por lo cual debemos hacer el máximo caso a los expertos en estos casos.
Tampoco con su afirmación: «No ha sido el virus quien ha cerrado las empresas y nos ha mantenido en casa, hemos sido nosotros por miedo y culpa».
El virus existe, infecta y mata y, por responsabilidad, no podemos salir tranquilamente a la calle, al trabajo, de compras, de copas o a cualquier otro lugar en el que haya otras personas, infectando a los demás (ya que la mayoría de nosotros no sabemos si somos portadores).
Sólo los investigadores, científicos y médicos podrán sacarnos de este mal sueño. No vemos cómo, los políticos, sin ninguna formación científica, nos puedan ayudar.
Equipo Torrese
Barcelona, 07-05-2020
VER:
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