Carlos Fernández Salinas – «Las ideas ya existen y tu sólo lo que haces es...

[Entrevistas / Cultura – Literatura]

Poco antes de las ocho de la tarde llegamos al hotel Eurostars Grand Marina, ubicado en el complejo del World Trade Center Barcelona, situado en el Port Vell de la ciudad, y diseñado en forma de transatlántico. Pongo de relieve la situación y el diseño del hotel porque vamos a entrevistar a un marino que ha viajado por todo el mundo y que no puede vivir sin estar cerca del mar.

Carlos Fernández Salinas (Gijón, 1961), es un prolífico autor de relatos con los que ha ganado más de 32 premios. También ha publicado artículos técnicos en diferentes y conocidas publicaciones del sector como The Journal of Navigation de Cambridge University Press.

Hoy recibe el Premio Eurostars de Narrativa de Viajes otorgado por el Grupo Hotusa en colaboración con RBA Libros y la Universitat de Barcelona. Su primera novela titulada Los marinos prudentes leen las olas entre paréntesis, presentada con el pseudónimo de Natahniel Bowditch, ha sido la elegida por el jurado de entre 197 originales presentados al certamen.

Esperamos a Carlos Fernández Salinas en el lobby del hotel bañado con la luz rojiza del atardecer y rodeadas de obras de arte. Aparece el autor junto con su hijo pequeño que le acompaña pertrechado con su tablet.

Entrevista

– Pregunta: El pseudónimo me ha intrigado, ¿por qué Natahniel Bowditch?

– Respuesta: Hay un libro que se llama American Practical Navigator, cuyo autor es Natahniel Bowditch. Es un libro técnico de navegación que se estudia en las carreras de náutica de los EE UU que explica con pocas palabras los conceptos teóricos. Lo digo porque los libros técnicos en España parece que sean escritos para impresionar a los compañeros de departamento más que para una finalidad didáctica. Por ejemplo, Natahniel Bowditch no pone ninguna demostración teórica de mucha formulación, explica brevemente los conceptos teóricos y esto siempre me ha encantado a mí. Por eso el pseudónimo.

– P. No todo el mundo se inspira de la misma manera, ¿usted como lo hace, en el mar, mirando el infinito, qué le activa la imaginación el mar o la tierra?

– R. Dejé de navegar hace bastantes años pero sigo vinculado de alguna manera al mar ya que ahora trabajo en el mundo de la seguridad marítima.

Platón decía que todas las ideas están flotando en el aire en un éter y que antes de nacer lo veíamos pero cuando nacemos lo olvidamos todo, pero de repente, tenemos un déjà vu. Yo creo que es un poco así, las ideas ya existen y tu sólo lo que haces es recogerlas.

También Borges decía una cosa muy interesante: ‘yo cuando tengo una idea y creo que es buena procuro olvidarla a toda costa y, si me viene por segunda vez, es que la idea es muy buena’.

– P. Cuando leemos un libro en muchas ocasiones nos parece que es autobiográfico, ¿las historias que escribe son fantasía, realidad, o las dos cosas?

– R. Son las dos cosas, pero hay muchas que son realidad. Lo que pasa es que luego la realidad la amoldas un poco a las circunstancias del relato. Pero es cierto, lo dice mucha gente y yo esto sí que lo creo, que en realidad quien soluciona los conflictos y quien acaba terminando las historias son los propios personajes tal como tu los has puesto en un entorno y en una circunstancia. De repente ellos te dan la respuesta de verdad. Esto es lo que pienso. Suena muy poético y queda como muy de cara a la galería pero creo que hay mucho de verdad en ello.

– P. ¿La idea de presentarse al premio surgió de algún conocido suyo?

– R. No, yo lo descubrí. Ví las bases de la edición anterior y esperé que se volviera a convocar. De repente recibí la idea y me puse a trabajar en el libro.

Yo vengo del mundo del relato, siempre he estado en narrativa corta. Todo el mundo me decía ‘a ver cuando tienes un libro con más páginas’. A mí me da mucha rabia porque yo me siento cómodo en el relato, es algo que me gusta mucho y me llena, pero, la verdad, te queda el gusanillo.

– P. Dado que usted siempre había escrito relatos, ¿el haber ganado con su primera novela, le ha sorprendido?

– R. Sí, me ha sorprendido en el sentido de que he visto que se ha presentado muchísima gente. Además como se podía presentar el texto por Internet, esto ha facilitado que optaran al Premio más autores.

Aunque venga del mundo del relato y haya ganado más premios siempre es una sorpresa porque hoy en día hay mucha competencia, hay muchísimos escritores. También se debe tener en cuenta que se presentan autores de Suramérica donde existen muy buenos escritores y tienen muchísima inventiva. Esto lo dificulta muchísimo y le da un alto nivel. Aunque, si no lo intentas nunca vas a tener la posibilidad.

– P. No le preguntaré lo que se llevaría a una isla… ¿si se tuviera que perder en algún sitio, dónde sería?

– R. En Colombia. Normalmente estamos acostumbrados a nuestro nivel de vida, el standard of living que dicen los anglosajones. Allí la gente es muy feliz con muy poco y esto no es cuantificable.

Cuando yo estuve en Colombia, era un país peligrosísimo, con continuos secuestros. No había familia en Colombia que no hubiera sufrido algún percance importante. Pero la gente es muy buena, es maravillosa.

Ahora está mejor en seguridad que cuando yo estuve y a los españoles nos quieren muchísimo y no se porqué.

(Yo tampoco porque con lo que les hicimos durante la Conquista, es para odiarnos por los siglos de los siglos).

– P. No se porque pienso que a usted no le gustan los cruceros, ¿ha realizado un viaje en crucero alguna vez?

– R. No, pero me gustaría hacerlo. Me encantaría hacer un viaje en crucero con mi familia y también me gustaría tener esta experiencia en plan profesional.

Trabajo en el mundo de la seguridad marítima y, por ejemplo, el año pasado estuvimos inmersos en un proyecto europeo que era la seguridad de los buques de crucero. Por cierto, aquí, en el puerto, hay tres buques de crucero fondeados, se ven desde la terraza.

(Sí, es verdad, nosotras los hemos visto viniendo al hotel).

Desde el punto de vista técnico de la seguridad de las personas es muy complejo y un reto muy importante y quisiera vivirlo en plan profesional, aunque fuera con mi familia por puro placer. En alguno de estos barcos van seis mil y ocho mil personas. Sólo en tripulantes algunos llevan mil personas. En el Titánic estábamos hablando de 1500 personas, como cosa extraordinaria. La verdad es que me llama poderosamente la atención realizar un crucero.

– P. ¿Usted que ha sido marino, le costaría mucho estar tiempo sin ver el mar?

– R. Sí, si no viviera en Gijón sería durísimo para mí. Es verdad. Pero es que yo no vivo mirando al mar, vivo en una parte de Gijón que desde mi casa no se ve el mar, pero sé que está allí y ya es una tranquilidad. Sí me costaría muchísimo.

Es como (mi mujer es de Andalucía) si cuando una persona de Andalucía abre la ventana y no ve el sol. Siente que le falta algo, es algo que les va en ello. A mi me ocurriría exactamente lo mismo. Una persona andaluza, sin sol, ese día empieza ya con menos cinco y tiene que empezar a sumar muy rápido para equilibrar la balanza.

– P. ¿Habiendo ganado este reconocimiento a su novela, ¿escribirá ahora más novela que relatos?

– R. Posiblemente. El saber que un jurado de esta calidad te ha reconocido es un chute de autoestima. El jurado tenía, vamos a decirlo así, un nivel no normal, y esto te anima para decir ‘bueno, a lo mejor…’ Yo, honestamente, en el mundo del relato me movía cómodo y se ajustaba mucho a mis expectativas. Disfrutaba y muchísimo haciendo pequeñas historias, pero esto es directo a la vena. Entiendo a los rockeros cuando no quieren jubilarse nunca y ahí están los Rolling Stone con 70 años, porque, claro, cuando recibes una cosa así, la verdad, que dure siempre.

Acabamos la entrevista y reviso con mi compañera las fotografías que nos ha tomado. Perfecto, lo tenemos todo para editarla mañana. Salimos a la terraza, nos ofrecen una copa de cava, nos sentamos unos minutos antes de la llegada de los casi 700 invitados que asistirán a la entrega del Premio.

Leonor Sedó
Barcelona, 22 de junio de 2016

Ver:
Carlos Fernández Salinas – Ganador del XII Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes

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