Gripe o resfriado – Cómo diferenciarlos – Cuidados básicos

Aunque los síntomas pueden ser similares, se trata de dos enfermedades distintas  

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Gripe o resfriado son los nombres que utilizamos comúnmente para designar el trastorno más habitual de los meses de otoño e invierno: el resfriado común. Ojos llorosos, dolor de garganta y de cabeza, tos, congestión nasal y un leve malestar general que en ocasiones incluso desemboca en fiebre moderada son algunos de los síntomas que muchas personas padecen durante los meses fríos del año.

El resfriado común es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes y una de las principales causas de absentismo laboral y escolar. Ello se debe en gran parte a que se trata de un trastorno muy contagioso que se propaga con suma facilidad.

Una persona resfriada expulsa el virus mediante la tos y los estornudos, con lo que cualquier otro puede sufrir el contagio respirando en un ambiente en el que el virus se ha propagado.

Los gérmenes entran por la nariz o por las membranas de los ojos, atraviesan la mucosa y pasan al organismo, al tiempo que se multiplican. Tocar objetos contaminados con las manos y luego llevárselas a los ojos o la nariz también puede facilitar el contagio.

Todos somos susceptibles de padecer un resfriado, si bien son los niños y los ancianos quienes suelen tener más predisposición. En el caso de los más pequeños, su mayor frecuencia de aparición se debe a que su sistema inmunitario aún no está plenamente desarrollado y a que frecuentemente conviven más horas en espacios cerrados como colegios y guarderías.

En el caso de los ancianos, su elevado riesgo se debe a que sus defensas pueden estar debilitadas y presentar una menor resistencia para hacer frente a las infecciones.

 

Saber diferenciar

La realidad nos dice que muchas personas no saben diferenciar cuándo se encuentran ante una gripe o ante un simple resfriado común. Los síntomas pueden ser similares en una y otra infección, aunque existen diferencias en cuanto a su duración e intensidad.

Sin embargo se trata de dos enfermedades distintas que no evolucionan del mismo modo y que, por tanto, debemos identificar para poder procurar el tratamiento adecuado a cada caso.

La gripe está provocada por un virus, el Influenza, del que existen tres tipos, conocidos como A, B y C, que a su vez se subdividen en varios subtipos.

Aunque es un virus que muta cada año, siempre pertenece a una misma familia, por lo que se puede prevenir la aparición de la gripe gracias a las campañas de vacunación que ponen en marcha las autoridades sanitarias españolas y en las que se recomienda la vacunación de los grupos de población con más riesgo de padecerla como niños, ancianos y embarazadas.

Por el contrario, el resfriado está provocado por multitud de virus de diferentes familias (rinovirus y coronavirus, entre otros), por lo que no puede combatirse con ninguna vacuna capaz de atacar a todos ellos, si bien algunas medidas preventivas pueden hacer a las personas menos proclives a padecerlo.

Otra diferencia es que los resfriados resultan relativamente inofensivos y sus síntomas suelen remitir por sí mismos, gracias a las defensas naturales del organismo, en un periodo de tiempo que puede oscilar entre los tres y los seis días. Por el contrario, el virus de la gripe, aún cuando suele resultar leve, sí puede llegar a desencadenar una enfermedad de mayor gravedad.

 

Tratamiento

Si no hemos sido capaces de prevenir la irrupción de los virus en nuestro organismo y estamos contagiados, lo primero que debemos hacer es identificar la infección ante la que nos encontramos para tratarla de forma adecuada.

Tanto en el caso de la gripe como frente a un resfriado hemos de tener en cuenta que no debemos utilizar antibióticos para combatirlo, ya que estos medicamentos sólo son eficaces en enfermedades de origen bacteriano y no frente a infecciones causadas por virus.

Actualmente no existen medicamentos capaces de luchar contra la infección, pero sí hay fármacos seguros y eficaces que pueden ayudarnos a aliviar los síntomas y a recuperarnos lo antes posible.

Entre estos medicamentos figuran los descongestionantes nasales y los antihistamínicos para reducir la congestión nasal y los estornudos, antitusígenos y mucolíticos contra la tos, colutorios para el dolor de garganta y analgésicos para combatir el malestar generalizado.

También están disponibles medicamentos que combinan varios principios activos para luchar contra diferentes síntomas a la vez. La mayoría de estos fármacos no precisan de receta médica para su dispensación en las farmacias, previo asesoramiento del farmacéutico.

Fuente: Asociación Española para el Autocuidado de la Salud (anefp)

 

Los niños, principales difusores de la gripe 

Los niños enfermos son la principal fuente de difusión de la gripe en la familia, ya que eliminan una mayor carga viral y durante un tiempo más prolongado que los adultos. Aquellos pequeños que se encuentran en edad escolar constituyen la principal fuente de diseminación de la gripe, al introducirla en sus hogares y en el resto de su entorno.

Un 65% de los niños que enfermarán de gripe esta temporada faltarán al colegio y tendrán que permanecer entre 2 días y una semana en sus casas a causa de la enfermedad, según los resultados del estudio ‘Hábitos de los españoles ante la gripe estacional’, realizado por la consultora de investigación de mercado METRASEIS para Roche Farma.

La aparición repentina de fiebre alta, dolores de cabeza y musculares intensos, acompañados de fatiga y debilidad son síntomas que pueden ayudar a los padres a diferenciar cuándo su hijo está afectado por la gripe y cuándo padece un resfriado común.

Además, es fundamental acudir al médico tan pronto como se presenten los primeros indicios, ya que tan importante como identificar los síntomas de la gripe en el niño resulta darle atención médica inmediata y un tratamiento farmacológico efectivo.

 

Cómo prevenir el contagio 

> Evitar los cambios bruscos de temperatura y los espacios cerrados.
> Lavarse con frecuencia las manos y no tocarse la nariz o los ojos tras haber estado en contacto con personas infectadas o posibles objetos contaminados.
> Mantener una alimentación adecuada rica en frutas y verduras.
> Beber muchos líquidos.
> No fumar.
> Evitar el estrés y la falta de descanso.

 

Ante los síntomas…

1. La primera medida que debemos observar es guardar reposo. Además, de beber líquidos en abundancia y mantener una alimentación rica en frutas y verduras.

2. Aunque existen muchos remedios caseros tradicionales lo más eficaz es el reposo y el uso de medicamentos contra los síntomas más molestos, como la tos, la secreción nasal y el malestar generalizado.

La mayoría de estos medicamentos no precisan receta médica y pueden dispensarse directamente en la oficina de farmacia. No obstante, no se automedique, consulte siempre con el farmacéutico antes de tomar cualquier medicamento.

3. Si los síntomas persisten o empeoran acudir al médico.

 

 

El Periódico de la Farmacia
Publicación de información sanitaria
www.elperiodicodelafarmacia.com  

Página de origen de la imagen:
serviciodepromociondelasalud.es/articulos/143-gripe-y-resfriado-como-diferenciarlos
inatal

VER:
> Prevención de la gripe – La vacunación es necesaria   

> Prevención y tratamiento del virus de la gripe
> La gripe, enfermedad vírica muy contagiosa
> Vacunas mayores 60: Gripe, neumococo y herpes zóster
> Las frutas – Lo mejor para tu cuerpo
> Antibióticos – Su uso incorrecto y problemas de salud
> Vitamina C – Frutas y verduras que la contienen      

 

 

 

 

 

 

 

 

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1 P. 22-11-2008

 

2ª quincena noviembre 2008, año 4, nº 6