El botellón – Jóvenes al borde del coma etílico

Esta parte significativa de la juventud española que se dedica al ‘botellón’ o, lo que es lo mismo, a beber por beber; a beber hasta la inconsciencia

[Familia – Adolescentes]

 

El botellón es un fenómeno que nació a comienzos de los 90 en entornos universitarios y escolares de Salamanca y Cáceres y que lo practican chicos y chicas de 16 hasta 25 años.

Esta actividad se basa en comprar alcohol a precio bajo para consumirlo en calles o plazas ya que es más barato que ir de copas a locales.

Se bebe cerveza, calimocho (coca cola y vino), ginebra y otras bebidas con alcohol hasta alcanzar un alto nivel del mismo.

Son reuniones de grupos de jóvenes con normas en cada grupo y que no admiten ciertos comportamientos como la pasividad o la reflexión.

Comparten alcohol por igual, hablan, se liberan, ríen y alborotan. También se dan competiciones de quien bebe más y se consumen drogas.

Las conversaciones se desarrollan en torno al sexo, estudios, dinero y se busca la comunicación. Se da apoyo si hay alguien que lo pasa mal.

 

El botellón en los fines de semana

Normalmente el botellón se celebra los fines de semana y suele tener lugar en zonas próximas a los bares. El estudio ‘El botellón entre los jóvenes de la ciudad de Zaragoza. Análisis y propuestas alternativas’, elaborado conjuntamente por el Ayuntamiento y la Universidad de Zaragoza, destaca que los jóvenes que acuden a estos eventos tienen entre 13 y 19 años de media.

El informe también recoge que en ciudades españolas de diferentes comunidades autónomas (Extremadura, Baleares, Galicia, Valencia y Madrid) en torno al 40 por ciento de los jóvenes entre los 14 y los 24 años han asistido alguna vez a un botellón.

Según el ‘Libro Blanco’ de la Fundación Alcohol y Sociedad, sólo en la Comunidad de Madrid se calcula que hacen botellón cerca de medio millón de jóvenes.

 

La Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas

Esta parte significativa de la juventud española que se dedica al ‘botellón’ o, lo que es lo mismo, a beber por beber; a beber hasta la inconsciencia, en 2002 empezó a preocupar a familias e incluso al Gobierno que pensó en legislar el fenómeno elevando a 18 años la edad legal para tomar alcohol y restringiendo su consumo en las vías publicas.

El 20 de junio de 2002, sólo con los votos del PP, se aprobó en el parlamento regional la denominada ‘Ley de Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos’, para la comunidad de Madrid, conocida en la capital de España como ‘ley antibotellón’ o ‘ley seca’.

Ley que entró en vigor en 28 de julio del mismo año. Normas semejantes ya existían en Cantabria, Castilla y León y Catalunya.

En 2006, en Andalucía se aprobó la Ley 7/2006, de 24 de octubre, sobre potestades administrativas en materia de determinadas actividades de ocio en los espacios abiertos de sus municipios, más conocida como ‘Ley Antibotellón’.

Extremadura dispone de la Ley 5/2018, de 3 de mayo, de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en la infancia y la adolescencia.

 

La ley guardada en un cajón

La Ley de Alcohol y Menores, conocida como ‘ley antibotellón’ que desde 2003 está en la mesa de los diferentes ejecutivos que gobiernan España, suma cinco intentos frustrados de aprobación.

Las bases de la norma estatal para acabar con el botellón fueron aprobadas tras el desfile de un centenar de expertos por la Comisión Congreso-Senado, pero exigencias y posibles sanciones provocan el rechazo de padres, establecimientos y empresas de bebidas alcohólicas…

 

El botellón en tiempos de pandemia

Actualmente el botellón está prohibido en Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla – La Mancha, Catalunya, Comunidad Valenciana, Extremadura, Comunidad de Madrid y La Rioja.

En Galicia, desde julio de 2020, y debido a la pandemia, se prohíbe ‘expresamente’ el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, parques y plazas públicas y en otros lugares de tránsito público, mediante la actividad conocida como ‘botellón’, por los riesgos que presenta para la salud pública.

La Junta de Andalucía, desde febrero de 2021 prohíbe la venta de alcohol después de las 18h. Una comunidad que desde 2006 cuenta con un marco legal autonómico que habilita a los ayuntamientos para “establecer las zonas del término municipal” donde poder consumir alcohol en la vía pública.

 

En Madrid

La Comunidad de Madrid recuerda la Ley 5/2002, de 27 de junio, sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos, que especifica en su artículo 30 que “no se permitirá la venta ni el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, salvo terrazas, veladores, o en días de feria o fiestas patronales o similares regulados por la correspondiente ordenanza municipal”. 

A falta de una norma estatal específica, a nivel nacional, lo que existe es la ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana, que se limita a calificar como ‘infracción leve’ “el consumo de bebidas alcohólicas en lugares, vías, establecimientos o transportes públicos” pero siempre y cuando “perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana”.

 

Lo que implica el botellón

Beber grandes cantidades de alcohol en poco tiempo provoca que al hígado no le de tiempo a eliminar el etanol (agente tóxico que contiene el alcohol).

Esto hace que sus efectos nocivos empiecen a hacer efecto en el tejido neuronal y aparezcan los síntomas de intoxicación etílica (falta de coordinación, euforia, agresividad, mareo, vómitos, dolor de cabeza, pérdida de la consciencia, etcétera).

Llevado al extremo, corre el riesgo de desembocar en un coma etílico que puede provocar la muerte.

Según Madrid Salud, el organismo dependiente del Ayuntamiento de Madrid cuya finalidad es gestionar las políticas municipales en materia de Salud Pública y Drogodependencia, sólo en esta ciudad se registraron el año pasado 10.000 casos de coma etílico.

 

Otras consecuencias

Además de las consecuencias negativas para la salud derivadas de la ingesta de alcohol, Madrid Salud destaca que el consumo abusivo puede acarrear consecuencias indirectas como peleas y enfrentamientos.

También comportamientos de riesgo (como la práctica de relaciones sexuales sin protección, que puede traer consecuencias como embarazos no deseados o contagio del VIH), accidentes de tráfico, etcétera.

En el botellón están implicados además de los jóvenes, el mundo sanitario (atendiendo comas etílicos), el del orden público (llamado por vecinos para poder descansar), los servicios de limpieza (desbordados por la suciedad que queda después de estas reuniones), y el social (que no sabe cómo solucionar este problema que cada vez es mayor).

 

 

 

Leonor Sedó
39ymas.com

Páginas de origen de las imágenes:
altana psicologa
Plataforma de Iniciativa Ciudadana
Gacetín Madrid

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