El crecimiento intelectual de nuestros hijos y su alimentación
Existe relación entre el consumo de ácido graso insaturado Omega-3 y un mejor crecimiento intelectual. Dado que nuestro cuerpo no puede producirlo por si solo se debe obtener a través de alimentos o suplementos.
Hay un desconocimiento general entre las madres sobre la existencia de alimentos que potencian el crecimiento intelectual de los más pequeños de la casa.
Muchas son las madres que conocen la existencia de ellos aunque los beneficios que esperan están relacionados con el crecimiento físico y no al intelectual.
Siguiendo una dieta equilibrada se tendrá una nutrición cerebral y física óptimas. Por ejemplo incluir:
> Frutas y vegetales
> Granos integrales, como pan integral, arroz integral o pasta integral
> Proteínas magras como aves, carne de res, mariscos, pescado, huevos o frutos secos
> Productos lácteos descremados
Esta combinación en las comidas proporciona vitaminas y minerales, energía de carbohidratos, proteínas, grasas y otros nutrientes importantes para mantener la salud total del niño.
El ácido graso Omega-3

Existe relación entre el consumo de ácido graso insaturado Omega-3 y un mejor rendimiento cognitivo.
A diferencia de otros tipos de grasa, nuestro cuerpo no puede producir Omega-3 por sí solo (que es básico para el desarrollo intelectual durante las etapas cruciales de crecimiento de los más pequeños), por lo que debemos obtenerlo a través de los alimentos o suplementos.
El ácido docosahexaenoico, conocido como DHA, es un tipo de ácido graso Omega-3 poliinsaturado que juega un papel fundamental en el funcionamiento del cerebro, la salud cardiovascular y la salud visual (algo que con el uso indiscriminado de las pantallas, cada día es más importante).
Alimentos ricos en Omega-3 son el salmón o pescado azul en general, las nueces, aceite de soja y las algas; y es esencial para el desarrollo prenatal y postnatal del cerebro.
Los ácidos grasos Omega-3 son fundamentales para la salud humana, desempeñando roles cruciales en el mantenimiento de la función celular y la prevención de enfermedades.
Entre los Omega-3 más importantes se encuentran el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Fuente: Regenera Health.
Alimentar el cerebro
> El cerebro consume un 20% del total de la energía que se emplea a diario. Los hidratos de carbono complejos, presentes en tubérculos, cereales o la pasta, son una buena fuente.
> La colina es necesaria para la síntesis de los neurotransmisores y para fortalecer memoria y concentración. La clara de huevo, frutas y verduras, pescado, frutos secos, lácteos… contienen las cantidades que un niño precisa.
> Un déficit de hierro puede alterar significativamente funciones cerebrales muy importantes. Los niños pueden obtenerlo de las legumbres, las verduras de hoja verde, los lácteos, las frutas y, ocasionalmente, de la carne roja.
> Los ácidos grasos insaturados ayudan a mejorar la memoria y la concentración y al correcto funcionamiento de las neuronas. Que los niños tomen aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra…
> Un déficit de calcio puede producir fatiga mental. Lo encontramos en los lácteos, los frutos secos, las legumbres, la soja… Conviene ser cuidadosos y no llegar al exceso, porque puede inhibir la absorción de hierro y conducir a una anemia.
Hay que tener en cuenta que los nutrientes esenciales (grasas saludables, minerales o vitaminas) Omega-3, hierro, calcio y vitaminas A, contribuyen tanto al desarrollo intelectual como al físico.
Para tener sensación de bienestar tomar alimentos ricos en triptófano. Lo encontramos en la leche, los huevos, el pescado, las pipas de girasol…
El agua
Un elemento clave para el cerebro de los niños es el agua. No solo hidrata el cuerpo, sino que permite que el cerebro funcione mejor.
Muchos niños no reciben la cantidad recomendada de agua por día, lo que puede causar deshidratación y dificultades para recordar lo que aprendieron.
La cantidad de agua que debe beber un niño puede variar según la edad, el peso, el nivel de actividad y las condiciones climáticas.
Recomendación aproximada:
De 1 a 3 años de edad: 4 tazas de agua al día.
De 4 a 8 años de edad: 5 tazas de agua al día.
De 9 a 13 años de edad: 7 a 8 tazas de agua al día.
De 14 a 18 años de edad: 8 a 11 tazas de agua al día.
Ante cualquier duda de lo expuesto, consultar al especialista.
Alimentación y desarrollo físico e intelectual
No sólo es necesario comer bien para crecer fuerte y sano, sino que hay que comer bien para pensar mejor. En 2007, la fundación británica Food for the Brain hizo público un estudio piloto sobre la relación entre el rendimiento escolar de los niños y el llevar una alimentación sana y equilibrada.
Este trabajo se llevó a cabo en una escuela de bajo rendimiento del Reino Unido y, en él, participaron alumnos, padres y profesorado que, después de 8 meses de investigación, percibieron mejoras significativas en el comportamiento, la concentración y el aprendizaje gracias a la combinación entre una dieta sana, ejercicio físico y mejoras en la calidad de la enseñanza.
Sería bueno generar conocimiento a la población sobre el DHA y su contribución en el desarrollo intelectual de los niños, concienciar a las familias de la importancia de la dieta en el desarrollo físico e intelectual y que el personal sanitario transmita a sus pacientes toda la información relativa al DHA.
Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com
Fuentes:
childres’shealth – es.childrens.com
Regenera Health
Agencia de comunicación Tinkle – Barcelona
acarceller@tinkle.es / igarcia@tinkle.es / eanaya@tinkle.es
Origen de las imágenes:
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Ver:
> Diabetes – La obesidad en niños y adolescentes
> Nuestros hijos – Signos de alarma en su alimentación
> Los aditivos alimentarios – Sustancias adicionadas a los alimentos
> Código PAOS – Regulación publicidad alimentos dirigidos a menores
> La obesidad infantil – Problema de salud pública
> El envase de vidrio – Saludable para el Planeta y las personas
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