Los militares mexicanos y las violaciones a mujeres y a menores

Denuncian a militares y elementos de la Guardia Nacional por violación en Tamaulipas. El pasado 2 de marzo de 2025 una joven fue víctima de abuso sexual a manos de militares del Ejército Mexicano y elementos de la Guardia Nacional cuando se dirigía a su trabajo.

[Mujeres Hoy]

 

Continuamente se publican noticias sobre los abusos de los soldados mexicanos hacia mujeres y chicas adolescentes. No se castiga suficientemente el delito de violación, muchas veces, ni se investiga; otras, quedan las denuncias olvidadas en un cajón; y en la mayoría de ocasiones el castigo es muy leve. 

Aquí tenemos unos ejemplos actuales y no tanto, para comprobar que el delito de violación y violación en grupo, realizado por soldados mexicanos, continúa en el tiempo y no tiene visos de que se le ponga fin. 

 

Violencia sexual en el contexto militar

En el reportaje ‘Radiografía de la Impunidad: Violencia sexual en los Cuarteles’, la periodista Zorayda Gallegos expone que la violencia de naturaleza sexual que se ejerce contra las mujeres dentro del Ejército es poco conocida, estructural y goza de impunidad.

En los últimos doce años, la Fiscalía General de Justicia Militar ha abierto 525 investigaciones por violación, acoso, abuso y hostigamiento sexual; sin embargo, la tasa de sentencias es muy baja: solo en tres casos de cien las víctimas obtienen justicia.

Asimismo, la información reveló que ninguno de las decenas de generales acusados ha sido sentenciado, pues son absueltos o sus casos permanecen en un limbo judicial.

La investigación de Gallegos evidencia la extensión de la violencia sexual en el Ejército; la impunidad que la rodea; los argumentos con los que tribunales militares exoneran y justifican esos delitos; el acoso y la intimidación que enfrentan las mujeres que denuncian.

centroprodh.org.mx, 11 – 06 – 2025

 

Abuso sexual en grupo de militares en Tamaulipas

Denuncian a militares y elementos de la Guardia Nacional por abuso sexual en Tamaulipas. El pasado 2 de marzo de 2025 una joven fue víctima de abuso sexual a manos de militares del Ejército Mexicano y elementos de la Guardia Nacional cuando se dirigía a su trabajo en una zona conocida como Las Carboneras, perteneciente al municipio de Nuevo Laredo, Tamaulipas. 

De acuerdo con la denuncia de la joven, a la altura de la “brecha de los polis”, los uniformados la interrogaron con violencia y comenzaron a despojarla de su ropa; luego un hombre de barba, lentes, moreno y de estatura baja comenzó a besarle los pechos, según se testimonio, este sujeto sería un comandante del Ejército Mexicano.

“Me dijeron que a cada uno le tenía que hacer sexo oral y si no me iban a matar”, denunció la víctima, según información obtenida por el medio ‘El Mañana de Reynosa’.

La joven afirmó que unos 20 integrantes del Ejército y Guardia Nacional la obligaron a realizar actos sexuales bajo la amenaza de asesinarla si no obedecía; posteriormente le robaron mil pesos en efectivo y la dejaron en la misma zona de la agresión, denunció. 

“Puse la denuncia para que esto no le pase a otra mujer”, declaró la víctima, sin embargo, hasta el momento las autoridades de las dependencias involucradas no se han pronunciado al respecto, por lo que se desconoce si ya se tienen identificados a los agentes que habrían estado presentes en el lugar de la presunta agresión sexual y robo cometidos por los agentes.

infobae.com, 05-03-2025

 

Menor violada por militares

Ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas se interpuso una denuncia en contra de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, que tras interceptar a una menor de edad, la violaron.

Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo informo que en las primeras horas del martes, 27 de septiembre de 2022, la adolescente de 16 años, identificada como Daniela, fue víctima de agresión sexual por parte de personal del Ejercito Mexicano.

La menor iba transitando en su vehículo, cuando fue interceptada entre Iglesias Calderón y privada Revolucionarios, en la colonia Francisco Villa, la obligan a detenerse, le pinchan las llantas con una navaja y la apuntan con sus armas de fuego.

La menor de edad es obligada a descender de su auto, sin motivos para su detención. La amenazan, insultan y la obligan a correr unos metros, dándole alcance y la agreden sexualmente.

liderweb.mx, 30-09-2022

 

¿Daño colateral?

Hubo dos señales. Mi cabeza estaba en otro punto de preocupación y ellas aparecieron una, dos y tres veces. La primera llegó cuando leyendo un libro se menciona el caso de violencia sexual que la madrugada del 11 de julio de 2006 sufrieron trabajadoras de los bares Las Playas y El Pérsico.

La noche anterior, el horror recorrió mi cuerpo y la indignación mental vino de lleno, cuando casi por accidente me enteré de un hecho no denunciado públicamente, la violación tumultuaria a una adolescente por un piquete de soldados en Oaxaca.

Soldados que recorren –por órdenes de su jefe supremo, Felipe Calderón, esta ciudad y el país entero para “proteger a la población” del crimen organizado- bueno eso dice don Felipe, parte de la sociedad vive en carne propia, en la de sus hijas, hermanas, compañeras la realidad brutal que se impone por la fuerza sobre el cuerpo de las mujeres.

 

Las mujeres de Castaños

Ellas, las mujeres de Castaños vinieron otra vez, tocaron la puerta de mis pensamientos. Así aparecieron ellas la madrugada del domingo y durante la mañana de este 11 de julio.

Era el recordatorio de la pesadilla que vivieron, hace cuatro años, las trabajadoras de la zona de tolerancia del municipio de Castaños, Coahuila.

A ellas, mujeres solas y con hijos, mujeres pobres y apenas con la enseñanza básica en sus vidas, la justicia, es decir los señores dueños de la justicia no las vio, no se acercó a ellas y concluyó que sólo cuatro soldados de 12 que las violaron, deberían pagar penas carcelarias.

Poco más de un año después, los señores de la justicia –en la apelación- volvieron a ser benevolentes con los militares, que utilizando vehículos, uniformes y armas de uso exclusivo para el ejército y violaron sexualmente los cuerpos de 14 mujeres.

Sólo 13 pudieron demandar, una de ellas, espera todavía que el soldado que la violó sea detenido, porque aún hay tres soldados que nunca han sido detenidos.

Los señores magistrados, insensibles, sin duda, redujeron las penas a los tres soldados que aún permanecen en prisión, los otros cinco volaron tan pronto les abrieron la puerta de aquella jaula en Monclova.

 

La injusticia del Estado mexicano

La violación sexual cometida por soldados del ejército contra mujeres en Coahuila y en otras entidades, incluyendo Oaxaca, es tan brutal como la injusticia cometida por segunda vez por el Estado mexicano, con aquellas que han sufrido estos arteros y por demás cobardes ataques.

Pero esta vez fueron cometidas por hombres de corbata y saco que despachan en el aparato de ‘justicia’ de aquella entidad del norte mexicano y de otras entidades, reitero, y que hacen mutis ante los hechos, que no escuchan, que se duermen sobre papeles viejos, frente a una herida que sigue sangrando en la memoria de esas mujeres y de todas las mexicanas.

Recordar estos hechos y saber de otro más en Oaxaca, nos lleva a pensar en el incierto futuro de las mujeres, que no tengo la menor idea pero me pregunto si el Estado pretende considerar que lo ocurre es también resultado del ‘daño colateral’ que implica poner a las fuerzas castrenses en las calles y carreteras del país.

 

Violencia sexual contra niñas y mujeres 

¿Quién puede hacer algo frente a la violencia sexual cometida contra niñas y mujeres de todas las edades por soldados, sacerdotes, maestros o los llamados grupos paramilitares, que siguen siendo protegidos por el Estado, las jerarquías eclesiásticas o por los intereses malsanos de un sindicato?

¿Quién puede hacer algo frente a la fuerza de los grupos de poder que bajo cualquier pretexto cometen estos aberrantes e incalificables actos, que no son sino la demostración de fuerza y sometimiento a las mujeres?

El silencio es el peor enemigo y no me refiero al silencio de las víctimas y de sus familias que están aterradas por la amenaza de los altos mandos militares, la jerarquía católica, el sindicato de maestros o que se quedan en el limbo cuando se cometen contra mujeres indígenas triquis o zapotecas de Loxicha, me refiero al mutismo en que la autoridad permanece y que no pueden ver lo que las mujeres demandan, que se aferran a mirarlas sólo como reproductoras y no como parte de la sociedad.

Hoy, en algunos estados, entre ellos Oaxaca, la gente está ocupada en la renovación de los poderes, con ello, muchas personas piensan que algo puede cambiar, las mujeres esperan que cambie todo.

 

Soledad Jarquin Edgar
Periodista
Artículo publicado en ‘Las Caracolas’, 12 de julio de 2010

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