Microvida. Más allá del ojo humano – Exposición de fotografías de microorganismos
Cosmocaixa, Barcelona (España)
Inauguración de la exposición «Microvida. Más allá del ojo humano»
8 de mayo

Fotografías: ©2013 Marisa Ferrer P.
Ricard Guerrero, catedrático de Microbiología de la Universidad de Barcelona, nos ha cautivado con las «Potencias de diez y potencias de Dios»: la conferencia inaugural de la exposición «Microvida. Más allá del ojo humano», con fotografías de Rubén Duro.
A partir de la base diez, según sea la potencia a la que se eleve, se pueden expresar números tan grandes o tan pequeños como sea necesario. Y vamos multiplicando por diez o dividiendo por diez, alejándonos, o acercándonos al mundo microscópico que ha enamorado a Rubén.
Los datos del profesor Guerrero se me escapan, naturalmente, y me quedo en la superficie. Tras la conferencia, una proyección. Me dejo arrullar por el silencio. La penumbra de la sala me sumerge en los «mundos diminutos» del fotógrafo y biólogo, y también en los macromundos e, incluso, un poco más allá. La música acompaña las impresionantes imágenes que ilustran las magnitudes. Me emociono. La voz en off de Ricard Guerrero nos envuelve en micras y nanómetros. Avanzamos: «nuestros hermanos» (los simios), las secoyas, de cómo se nos ve out there (si nos «ven»). Finalmente, se aleja la cámara, lejos, más lejos, y luego… El eterno interrogante. Y entonces pienso que si sólo somos una anécdota, ¿para qué preocuparse?
De nuevo, se hace la luz y Rubén agradece la presencia de tantas personas que han querido ser los primeros en «ver» lo que él «ve». «Jamás pensé que un trabajo mío podría atraer a tanta gente», ha confesado.
Duro, que se ha dejado seducir por la microvida, nos ha invitado a «ver con otros ojos», los suyos. Nos ha regalado sus horas elevadas a una potencia inmensurable, forjada con paciencia y amor por lo que ha visto, y que ha querido compartir. «La importancia que le concedemos a lo que no vemos es mínima, por eso, porque no lo vemos. Por esta razón me dediqué a estos microorganismos».
«Sus» microorganismos han desfilado, animados e inanimados, por la exposición de Cosmocaixa, que hemos visitado al final de la presentación. Allá quedan las horas de paciente observación y de trabajo callado (y no tan callado); la emoción del momento esperado, traducido en exclamaciones que jamás serán oídas, sin duda formarán parte del álbum familiar de este hombre que se ha dedicado, (no me atrevo con la cifra, dejémoslo en muchísimas horas), a una de las pasiones de su vida.
Desfilo entre un mar de visitantes. Me detengo ante piojos, larvas de mosquito, pulgas de agua, hidrozoos, protozoos y sucesivos aumentos y, efectivamente, me parece estar en otro mundo. Juego con los granos de arena de las playas. Juego, y me sonrío, hipnotizada por colores increíbles, que también son los de Rubén, cualesquiera que sean.
Cuando me reúno con mis compañeras les anuncio: «¡He visto un rotífero!»
A la salida, la noche primaveral, invita al paseo. Necesito un paréntesis para adaptarme de nuevo a «mi mundo» que se prepara para el sueño, mientras repaso en silencio una tarde de mirada sorprendente que sin duda recordaré como casi, casi, de ciencia ficción.
Marina Torné, Barcelona, 08-05-2013
La exposición se puede ver de martes a domingo y días festivos, de 10.00 a 20.00 horas.
Finaliza el 21 de abril del 2014.
Ver:
Entrevista con Rubén Duro
Presentación del libro de fotografías «Nacer en una gota»

