La huella digital supone un 3% de las emisiones de CO2
Los centros de servidores usan unos 30.000 millones de vatios para guardar nuestros datos, el equivalente a la producción de 30 plantas nucleares. Las empresas tienden a ser quienes más archivos almacenan que a menudo no se vuelven a consultar nunca más. Datos y datos que impactan negativamente en el medio ambiente.
No somos conscientes de la contaminación que provoca la huella digital. En cambio, la sociedad es cada vez más consciente del impacto que tienen nuestras acciones en el medio ambiente.
Los residuos físicos que producimos, como los plásticos o las emisiones de CO2 que generan las diversas industrias y el transporte, son los principales responsables de la contaminación del Planeta.
La huella digital
La transformación digital ha traído muchos beneficios, como la reducción del consumo de papel, que repercuten positivamente en la lucha contra el cambio climático y reducen las emisiones de C02.
«Sin embargo, la producción, el uso y la transferencia de datos y, sobre todo, el almacenamiento provoca más emisiones de CO2 de lo que cabría esperar», explica Ana Jimeno, gerente de Calidad, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos Laborales de ISS España, empresa líder en workplace.
El Centro de Eficiencia Energética de Copenhague estima que para 2030, la tecnología de información y comunicaciones (ICT) representará más del 20% de la demanda de electricidad mundial.
Además, el elevado consumo energético de estas infraestructuras y el crecimiento esperado en los próximos años subraya la importancia de reducir el desperdicio energético en el centro de datos.
Huella de carbono digital
Actualmente un 60% de la población mundial (4.660 millones de personas) tiene acceso a Internet.
«Cada consulta, cada búsqueda, cada archivo enviado y cada documento almacenado, ejecutado miles de millones de veces, es responsable de parte de la creciente demanda mundial de energía y, por lo tanto, también del aumento de las emisiones de CO2«, aseguran desde ISS.
El desafío radica en mejorar la huella de carbono, los informes de sostenibilidad y adoptar medidas para reducir el consumo y los costos energéticos. Esto se debe a la demanda regional de servicios energéticos, la cual podría duplicarse en los próximos 20 años, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (IDB).
El almacenamiento, el verdadero problema
La mayor parte de la huella digital no se debe en tanta medida a los mensajes o acciones que se realizan en Internet, sino que en algún momento todos los datos que se guardan y comparten se almacena ya sea en el servidor, correo o en un dispositivo.
Todo ello consume energía y por lo tanto necesita suministro eléctrico, lo que genera grandes cantidades de CO2.
Subir todos estos archivos a la nube tampoco es la mejor opción. La nube es un lugar real, y tiene forma de enorme servidor capaz de almacenar millones y millones de terabytes de información de usuarios de todo el mundo.
Información que muchas veces nunca más vamos a utilizar. «Las empresas tienden a ser quienes más archivos almacenan que a menudo no se vuelven a consultar nunca más. Desde archivos de clientes antiguos, documentación desactualizada que se acumula, datos y datos, que no solo impactan negativamente en el medio ambiente, sino que también pueden entorpecer el correcto desempeño de la compañía», comenta Ana Jimeno.
Se calcula que los centros de servidores usan unos 30.000 millones de vatios para guardar nuestros datos, el equivalente a la producción de 30 plantas nucleares, ya que esos servidores necesitan energía para su funcionamiento y, sobre todo, para su refrigeración.
Se estima que la emisión de carbono por parte de esta actividad digital es equivalente a las emisiones globales de CO2 de toda la industria de la aviación.
Acciones para reducir esta huella digital
> Limpiar los dispositivos y eliminar aquellos documentos, videos e imágenes duplicadas o que no se utilizan.
> Desinstalar apps y programas que no se utilizan.
> Borrar los mensajes de correo electrónico antiguos.
> Desuscribirse de newsletters que no se leen.
Son pequeñas acciones cotidianas que a gran escala suponen una reducción importante de emisiones de carbono.
Equipo Torrese
eMagazine 39ymas.com
Fuente:
Agencia de comunicación Atrevia
igaset@atrevia.com – lmerino@atrevia.com – apdios@atrevia.com
Página de origen de la imagen:
Roberto Nickson – pexels.com
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Actualizado: 07-12-2024
1 – 08-06-2021