Carmen Alborch – «Los placeres de la edad» – El derecho a vivir con plenitud...

 

[Mujeres y Hoy / Cultura – Literatura] 

 

Carmen Alborch Bataller nació en Castelló de Rugat (Valencia) en 1947. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia, licenciándose en 1970 y doctorándose cum laude en 1973. A continuación, y en la misma universidad, trabajó como profesora titular de Derecho Mercantil y más tarde consiguió convertirse en la decana de la Facultad de Derecho. Su pasión por la cultura le llevó a ser Directora General de Cultura de la Generalitat Valenciana y Directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). No fue hasta 1993 cuando Felipe González la nombró ministra de Cultura, cargo que ocupó durante la V legislatura. A este cargo siguió el de diputada hasta su candidatura a la alcaldía de Valencia  para las elecciones municipales de 2007. En las elecciones generales españolas de 2008 fue electa senadora por Valencia, siendo la cuarta candidata más votada de la circunscripción. A su vez fue nombrada secretaria primera de la mesa del Senado. En 2011 revalidó su escaño en el Senado, y ha pasado a la secretaría tercera de la Mesa de dicha institución.

Ha participado en numerosos foros sobre derechos de las mujeres, feminismo e igualdad y es autora de numerosos artículos sobre cultura, política y feminismo, y de cuatro textos de aliento feminista: «Solas. Gozos y sombras de una manera de vivir» (1999), «Malas. Rivalidad y complicidad entre mujeres» (2002), «Libres. Ciudadanas del mundo» (2004), y «La ciudad y la vida» (2009), con los que ha alcanzado un extraordinario éxito. Tiene la distinción de Dama Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III (España, 10/05/1996).

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«Los placeres de la edad» sirve a Carmen Alborch para alejarse de los tópicos y vuelve a poner el acento en un tema esencial de nuestro tiempo. Ahora se trata de envejecer bien, creativamente, y de ser partícipes de la nueva cultura de la vejez. Es una reflexión sobre el derecho a vivir con plenitud en la madurez y acerca de diversos placeres —la libertad, la amistad, la soledad, el buen humor, la familia, el cuidado, el buen amor, la participación— que adquieren una intensidad diferente precisamente cuando la responsabilidad de la vida laboral activa va decreciendo, y se dispone de más tiempo libre para reencontrarse y reinventarse.

Carmen-Alborch-portada-libro«Envejecer es más un juicio social que un acontecer biológico”, decía Susan Sontag. “Un hecho cultural”, en palabras de Simone de Beauvoir. «Y es que existe un doble patrón para medir la edad que afecta a la mujer con especial severidad. La sociedad es mucho más permisiva ante el envejecimiento de los hombres que ante el de las mujeres, ya que a los primeros se les permite envejecer de mil maneras. De hecho, son las mujeres las que experimentan en mayor medida lo que significa el proceso de envejecimiento, en muchas ocasiones ‘con disgusto e incluso con vergüenza’. Para el hombre, envejecer es el destino, un suceso inevitable que forma parte de la vida. En cambio, para las mujeres no es solo el destino, sino que toda su definición como ser humano está condicionada por su apariencia física, de modo que la edad se vuelve su parte vulnerable», dice Alborch.

«Si, como a Fausto, te preguntaran qué estarías dispuesto a ofrecer a cambio de volver a ser joven, ¿qué contestarías? Desde luego, yo no estaría dispuesta a vender mi alma. ¿Qué significa volver a ser joven? La humanidad ha persistido en la búsqueda del elixir de la eterna juventud que nos garantiza liberarnos de la vejez y la muerte», continua la autora

Carmen Alborch defiende “todo lo bueno que conlleva cumplir años, cuando la actividad de la vida laboral decrece y se dispone de más tiempo porque hay diversos placeres como la libertad, la amistad, la soledad, el buen humor, la familia, el cuidado, el buen amor, la participación, que adquieren una intensidad diferente en ese momento en el que se puede ser libre para reencontrarse y reinventarse”. “La vida no es una cuesta hacia abajo, como mínimo es una montaña rusa que tiene momentos de vértigo, cansancio y de muchas bajadas, pero remontas y vas llegando a la cima de la montaña con una edad que te permite ver el paisaje con más plenitud y ser más libre. Hay que aprender a vivir y a envejecer porque mientras seamos capaces de entusiasmarnos, de tener ideales y proyectos por los que luchar, mientras tengamos sentimientos de rebeldía ante injusticias, cultivemos la amistad y sembremos buenos sentimientos y buen humor nos encontraremos a gusto con nuestra edad».

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«Se trata de tener y conservar la pasión en todo. Pero creo que hay una sobrevaloración de la juventud y desde luego estamos mal organizados cuando también se desprecia la experiencia y el talento venga de donde venga», afirma. “Ahora se trata de envejecer bien. La vejez siempre se asocia a la pérdida: de belleza, de dinero, de seres queridos y hay muchas razones para afrontar el envejecimiento con una idea más de aprendizaje que de pérdida. No hay una vejez, sino diversas vejeces. Envejecemos como hemos vivido, con multitud de matices, porque hay márgenes para el cambio, en función de distintos condicionantes y circunstancias, como son la genética, la salud, el lugar del mundo en el que hayamos nacido o vivido, la formación, las circunstancias sociales, la situación económica y, por supuesto, la suerte”, concluye la autora.

 

 

Fuente:
Fundación Caja Castellón
Ciclo de charlas-coloquio “Femenino Singular” 

programacion@fundacioncajacastellon.es 

Castellón

Imágenes cedidas por la Fundación Caja Castellón

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Obras:

– 1999. Solas : gozos y sombras de una manera de vivir. Ediciones Temas de Hoy, S.A. ISBN 978-84-7880-968-4.
– 2002. Malas: rivalidad y complicidad entre mujeres. Aguilar. ISBN 978-84-03-09294-5.
– 2004. Libres: Ciudadanas del mundo. Aguilar. ISBN 978-84-03-09507-6.
– 2009. La ciudad y la vida. RBA Libros. ISBN 978-84-9867-655-6.
– 2014. Los placeres de la edad. Espasa Libros. ISBN 978-84-6704-146-0.
– 1977. El derecho de voto del accionista : supuestos especiales. Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-0744.
– 1985. Las sociedades financieras regionales en Italia. Fundación Juan March. ISBN 978-84-7075-307-7.

Coautora:

– Alborch, Carmen; Perera, Fernando (1993). La ciudad hispanorromana. Àmbit Serveis Editorials, S.A. ISBN 978-84-87342-92-9.
– Alborch, Carmen; Perera, Fernando; Toyama, Atsuko (1994). Momoyama : la edad de oro del arte japonés. Àmbit Serveis Editorials, S.A. ISBN 978-84-87342-22-6.
– Alborch, Carmen; Perera, Fernando (1994). Centro y periferia : en la modernización de la pintura española, 1880-1918. Àmbit Serveis Editorials, S.A. ISBN 978-84-87342-93-6.

Ver:
Sección Mujeres Hoy  
Cultura

 

 

 

 

 

1 – 22-10-2015
Castellón, 21-10-2015